Las promesas de Dios a Israel han sido un tema de profundo significado y trascendencia. Estas promesas no solo moldearon la historia y la identidad del pueblo de Israel, sino que también ofrecieron un mensaje de esperanza y fe que resuena hasta nuestros días.
La pregunta «¿Ha desechado Dios a su pueblo, Israel?» resuena a lo largo de las Escrituras, especialmente en el contexto del Nuevo Testamento. A pesar de ser el pueblo elegido, Israel se encuentra en una posición única con respecto al Evangelio, siendo incluidos tanto judíos como gentiles en el plan de salvación.
Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció.
Romanos 11:1, 2a. RV60
¿Pero cuáles son las promesas de parte de Dios a su pueblo Israel y su implicación y relevancia en el contexto contemporáneo?
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Contexto Histórico y Teológico
Para entender la promesa de Dios a Israel, es esencial contextualizar el escenario bíblico en el que estas promesas fueron hechas. Israel, un pueblo en constante evolución y enfrentamiento, se encontró en el centro de numerosas promesas divinas. Estas promesas, entregadas en momentos cruciales, no solo definieron su camino sino que también establecieron un marco para la redención y la fe en el mundo.
Aunque los judíos son el pueblo elegido de Dios, paradójicamente, también se presentan como enemigos del Evangelio. Sin embargo, siguen siendo amados por Dios, una verdad que se sostiene en las promesas hechas a los patriarcas.
Promesas de Dios al pueblo de Israel
A continuación, las promesas dadas al pueblo de Israel que son clave:
1.- La Promesa a Abraham
Esta es, quizás, la más fundamental de las promesas de Dios al pueblo de Israel. En Génesis 12:1-3, Dios promete a Abraham descendencia, bendición y un legado que trascendería generaciones. Esta promesa estableció las bases de la relación entre Dios y el pueblo de Israel.
Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
Génesis 12:1-3 RV60
Las promesas hechas a Abraham son incondicionales y fundamentales. Incluyen la promesa de la tierra y una descendencia numerosa, estableciendo un pacto eterno que no puede ser anulado por la ley o las acciones humanas.
2.- La Promesa de la Tierra
En Génesis 15:18-21, Dios promete a Abraham y a su descendencia una tierra propia. Esta promesa de Dios a Israel no solo implicaba un lugar físico, sino también una identidad y un destino como pueblo elegido.
En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates; la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, los heteos, los ferezeos, los refaítas, los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.
Génesis 15:18-21 RV60
3.- La Promesa del Mesías
Centrándonos en la profecía y esperanza mesiánica, encontramos promesas como las de Isaías 9:6-7 y Miqueas 5:2. Estas no solo reafirmaban la salvación de Israel, sino que también extendían la promesa de Dios para Israel a toda la humanidad.
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
Isaías 9:6-7 RV60
Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.
Miqueas 5:2 RV60
4.- La Promesa de Restauración y Bendición
En momentos de exilio y desesperación, como lo relata Jeremías 29:10-14, la promesa de Dios al pueblo de Israel de restauración y bendición futura ofrecía una luz de esperanza en medio de la oscuridad.
Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar. Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar.
Jeremías 29:10-14 RV60
Aunque hemos visto en parte cumplida esta profecía, esperamos su cumplimiento total dentro del calendario divino como lo expresa el apostol Pablo en la carta a los Romanos.
Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció.
Romanos 11:1, 2a. RV60
Recomendamos leer todo Romanos 11.
La Restauración Final de Israel
A pesar de los fracasos y desafíos, Dios prometió la restauración de Israel en su país bajo el reinado de Jesucristo. Esta restauración representa el cumplimiento pleno de todas las promesas temporales hechas a Abraham y sus descendientes.
Cumplimiento de las Promesas a Israel
Estas promesas no quedaron en el vacío. A lo largo de la historia bíblica, vemos cómo se van cumpliendo. Desde la formación de una nación en la tierra prometida hasta la venida del Mesías, cada promesa tiene su momento de realización, conectando el Antiguo con el Nuevo Testamento.
Aplicación y Relevancia Contemporánea
Hoy, las promesas de Dios a su pueblo Israel siguen siendo un faro de fe y esperanza. Nos enseñan sobre la fidelidad de Dios y nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia relación con las promesas divinas. ¿Cuáles son las promesas de Dios a su pueblo Israel que aún resuenan en nuestro caminar espiritual?
En la dispensación actual, conocida como la era de la Iglesia, Dios ha puesto a un lado temporalmente a su pueblo terrenal, Israel, para llamar a un pueblo celestial. Este «paréntesis» durará hasta que se complete la plenitud de los gentiles.
Todo lo que se perdió bajo las diferentes dispensaciones, incluyendo las promesas a Israel, será recuperado y cumplido en Cristo. Él es el punto focal de la restauración y el cumplimiento de todas las promesas divinas.
Las promesas de Dios a Israel son más que eventos históricos; son lecciones vivas de fe, esperanza y amor divino. Al explorar estas promesas, descubrimos no solo la fidelidad de Dios hacia Israel, sino también su amor inquebrantable hacia toda la humanidad.
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